viernes, 18 de abril de 2008

CANTACLARO: Las Lecciones de Majaz V

Por Constante Vigil

Celendín

Diversas autoridades municipales y comunales pertenecientes al Frente por el Desarrollo Sostenible de la Frontera Norte del Perú (FDSFNP) exigen al premier Jorge del Castillo reanude el diálogo sobre la presencia ilegal de la Minera Río Blanco (Alias Majaz), que rompió abruptamente dando una nuestra más de su carácter atrabiliario, en vez de perseguirlos y denunciarlos de terroristas por oponerse a la minera.

Los dirigentes que son portavoces de la opinión de los comuneros de Ayabaca y Huancabamba, quienes, en una consulta popular, rechazaron cualquier actividad minera en la zona.

Como se recuerda, las reuniones iniciadas el año pasado, luego de la consulta, se interrumpieron por la intransigencia del premier en aceptar como base de las conversaciones los resultados de la misma.

Ayabaca, un pueblo que nos da tremenda lección.

Los representantes de los comuneros ratifican su decisión de desarrollarse económicamente mediante el trabajo ganadero y agrícola, resguardando de este modo el medio ambiente de toda la región, pues en esas provincias nacen dos cuencas hídricas: las del río Huancabamba, que irriga el norte del departamento de Cajamarca y la del río Quiroz que en su curso se convierte en el Chira, que riega los campos agrícolas del departamento de Piura. Como se comprenderá su importancia es vital para los sembríos. De producirse la explotación minera se contaminarían con el consiguiente desastre.

El gobierno acorde con su política entreguista y de protección a la inversión extranjera, ha adoptado una actitud represiva ante estos reclamos, acusando a los dirigentes de terrorismo, conspiración y tortura. Los dirigentes han pedido la intervención de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para repeler esta injusticia.

Ojo, celendinos, tenemos que sacar valiosas conclusiones de la valiente actitud de los comuneros que defienden su tierra, su derecho a vivir en salud y la clara intención de legar a sus hijos un mundo en el que sea posible vivir, además de la lección de cómo se deben defender sus derechos.

Celendín está en camino de sufrir esta agresión extranjera que no dudamos lo llevará a la debacle final, porque enemigos al interior ya los tiene: los malos celendinos nuevos que desconociendo el valor del legado histórico se atreven a demoler casas antiguas, deformando y mutilando el perfil urbanístico de la ciudad.

Al respecto debemos anotar que nuestro pueblo ha sufrido la desgracia de tener tres alcaldes funestos en orden sucesivo: Adolfo Aliaga, Mauro Arteaga y Juan Tello, que tristemente pasarán a la historia del pueblo como los Atilas de Celendín. El primero ex javierpradino no dudó en seguir las órdenes del chino rata y demolió al Colegio “Javier Prado” y a la Esuela 82, reliquias históricas, y los últimos avalaron la destrucción final de la ciudad.

Lo insólito del caso es que exista una calle con el nombre del primero en el sector de La Feliciana ¿en mérito a su iniquidad? ¿Cómo no existen calles que se llamen Alfonso Peláez Bazán, Alfredo Rocha Zegarra, Aureliano Rabanal Pereyra, Orestes Tavera Quevedo o alguno de los nombres de tantos celendinos de valía que hicieron de nuestro pueblo uno de los más cultos del Perú?¿Cómo existen en otros lugares nombres de celendinos como en Lima la Avenida Horacio Cachay Díaz?

No nos extrañaría que sujetos tan siniestros estén aspirando a una reelección. Si nos atenemos al dictamen drástico, pero justo, que hiciera un columnista del diario “La Nación” de Chile sobre los peruanos: “Pueblo sin memoria, que fue expoliado por García y sus amigos, los llamados “doce apóstoles”, como no había ocurrido jamás en la historia”. Y sin embargo, hoy pasea orondo con la banda presidencial. Algo de esto nos puede ocurrir si olvidamos nuestra historia y reelegimos a estos malos alcaldes.

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