lunes, 14 de julio de 2008

CANTACLARO: Los ejes de mi carreta.

Por Constante Vigil
Celendín.

Los políticos en el Perú son alhajas dignas de guardarse en un joyero y ojalá pudiéramos hacerlo para botar las llaves en la acequia y no dejarlos salir jamás.
La pasan muellemente sentados casi todo el año, poniendo oídos sordos al clamor de la población y recién cuando se acerca algún acontecimiento grande que les proporcione notoriedad, despiertan como hipnotizados al chasquido de unos dedos y se acuerdan que hay que hacer obra porque el pueblo puede darse cuenta que ellos son los verdaderos comechados y no los maestros, como afirma el hortelano de palacio.
Ese acontecimiento puede ser una próxima campaña electoral o como en nuestro pueblo: el advenimiento de las fiestas patronales de la Virgen del Carmen. Entonces se acuerdan que hay pistas que parchar, buzones sin tapa, la refacción del solado de la vieja escuela que está a punto de caer sobre la crisma de los pobres alumnos, enripiar la última calle que se ha formado en el pueblo, etc., etc.
-¿Qué sucede que toda esta gente está trabajando en las calles y no deja ni pasar?
-Nuestro alcalde tiene que hacer obras porque quiere seguir colgado de la teta.
Efectivamente, el inefable alcalde Juan Tello, ahora que se vienen las fiestas patronales. Recién ha caído en cuenta que los de la UNI nos han hecho el cuento de la carretera desde hace un año, vía fractura de mano bajo la mesa a ciertas autoridades, en desmedro del pueblo celendino que ve así truncadas sus esperanzas de progreso.
Para subsanar esto, ya que muchos paisanos en su eterno retornar se van a dar cuenta que los nuevos celendinos, de sospechosa fortuna, están destruyendo el pueblo y eso no conviene a sus afanes vitalicios. Entonces, como mago de feria, crea un sicosocial como cortina de humo. Nada mejor que una gran marcha a Cajamarca con todos los alcaldes distritales y demás fantoches para reclamar a las autoridades regionales por el incumplimiento de la UNI en el asfaltado de la carretera La Encañada – Cruz Conga.
¡Albricias! ¡Aleluya! ¡Albricias! ¡Por fin se percataron de la gran estafa!
Debemos recordarle al alcalde y demás autoridades que estamos cansados de los numerazos que protagonizan cada vez que se aproxima la feria o una campaña electoral. Es hora de cerrarles el caño a estas pésimas autoridades que sólo se acuerdan del pueblo cuando conviene a sus intereses.
Escribo esto lleno de indignación mientras escucho la sentida voz del “Chango” Nieto, entonando ”Los ejes de mi carreta” del maestro Atahualpa Yupanqui, y como él, nos lamentamos que, buenos y honestos alcaldes teníamos, pero hace tiempo, ahora no tenemos nada.

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