domingo, 28 de febrero de 2010

REPORTAJE: La muerte de una vieja casona

MUNICIPIO CORRUPTO CONTINÚA LA MASACRE
Por Franz Sánchez
El escenario bien podría parecerse a un territorio en guerra tras un inclemente bombardeo aéreo. Si en carnavales, los vándalos pintados de negro hicieron destrozos en la plaza de armas, ahora hay que señalar a un solo culpable, a un forajido con vistas palaciegas. Lo ocurrido es un acto delincuencial atribuible a un foráneo que detesta nuestra bella villa. Lo que puede verse podría ser la escena de un filme basado en la segunda guerra mundial, pero no lo es. Es nuestra plaza de armas, rota, desfigurada, herida y en agonía. El trato fue cerrado entre el corrupto municipio y una empresaria española que apetece crear un céntrico hotel, a todo precio, sin importarle demoler una de las primeras casonas que se contruyó en Celendín.

¡Pobre Celendin, será un pueblo más de la sierra, sin personalidad! Una terrible imagen de la destrucción vandálica, cometida por un municipio corrupto e ignorante (Foto F. Sánchez).

Las muy detestables formas de gobierno municipal dejan percibir lo poco que se protege nuestra tierra, pero esta premisa adquiere dimensiones escalofriantes cuando se ve en qué puercas manos quedan los destinos de las comunidades aledañas a las operaciones mineras. Así tenemos que, en Celendín, un sujeto odioso pretende re-elegirse. No es necesario ser adivino para saber lo que lo mueve. Una de mis frases preferidas es “Detrás de toda re-elección siempre hay algo que se pretende esconder”.
Bien vistas las cosas ahora vemos lo evidente, lo que nunca se pudo camuflar: la repugnancia que le tenía y le tiene a nuestro pueblo la actual alcaldía. Las razones son misteriosas, pero también evidentes: se trata del rencor propio de personas acomplejadas, de los que justificada o injustificadamente siempre se sintieron postergados por no ser CELENDINOS. Ni siquiera el hecho de que Celendín los hubiera elegido por el voto les curó el complejo. Más pudo su rencor contra la ciudad que debieron amar y servir, y ahora, terminan asesinándola.
Hoy, 26 de febrero de 2010, por la tarde, se comenzó a demoler lo que quizá era el último bastión del recuerdo del Celendín antiguo, la última gran casona en cuyo frontispicio se podía ver detalles coloniales, y de cuyas paredes derrumbadas ahora emana un espantoso efluvio del antaño muerto mezclado con el hedor del porvenir corrupto.
La hora en que cayó la morada antigua, una dolorosa polvareda nubló la vista de todos los indignados testigos de la cuadra, muchos de ellos ancianos que derramaron lágrimas. La construcción fue cayendo casi con letargo, ante la impotencia de todos, incluída la mía, mientras en mis sesos la escena aniquilaba a golpes memorias ya vagas de mi infancia, cuando esperábamos al carro de la Atahualpa en aquella desgraciada esquina.
Nos ha dolido, me ha dolido ver todo esto. Mientras esperabamos un milagro, tal vez la llegada de una especie de súper héroe que detuviera el derrumbe de nuestra historia, una de las paredes se vino abajo, arrastrando con ella las redes de electricidad, teléfono y televisión por cable. Al mismo tiempo que un poste se doblaba como haciendo una reverencia de despedida al monumento bastardo que dejaban los destructores.
Los vecinos protestaron, dejaron sentir su malestar, pero ningún medio recogió sus impresiones. Unicamente un reportero de Celendín Pueblo Mágico se preguntaba en ese instante: Y, ahora, ¿en dónde está lo mágico? Al tiempo que se respondía: se acaba de ir.
Al cierre del informe, sigo esperando el súper héroe de Celendín, y sé que no lo encontraré por estos lares, que no tiene ni capa, ni espada, mucho menos sombrero. El héroe de Celendín no sale con pancartas y banderolas ufanándose de defenderla, a ella, a la ciudad que en realidad destruye. A Celendín sólo puedo salvarla su pueblo, pero su pueblo está adormecido, narcotizado, neutralizado, enfermo. Mientras tanto, esta tierra bendecida y maldita, tanto por las acciones de sus habitantes como por el curso que le han trazado a su destino las actitudes furcias de sus gobernantes comechados, no le queda otra cosa que seguir muriéndose. De su cadáver seguirán mordiendo y engullendo los corruptos que tienen hambre y más hambre de poder, y que todos identificamos fácilmente, por sus enormes hocicos.

Celendín, 26 de febrero de 2010

¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como shilico que soy, y como otros paisanos lo están haciendo o lo van a hacer, he remitido una carta al Sr. Alcalde de Celendín para darle a conocer mi opinión y alcanzarle algunas recomendaciones sencillas y fáciles de tener en cuenta, que deben cotejarse o sumarse a otras que busquen el bienestar de Celendín. Mucho les agradeceré se sirvan tomar esta misiva del correo de cualquier paisano a quien se la he enviado, toda vez que vuestra cuenta no me la acepta, por tener una buena cantidad de caracteres. Me gustaría ponerla en conocimiento de nuestros paisanos y obtener sus comentarios constructivos.
Un abrazo shilico
José Miguel Briones Silva
DNI 43310641

Constante Vigil dijo...

Para José Miguel Briones Silva.

Estimado amigo:
Las diferentes páginas de CPM, y en particular esta, siempre estarán abiertas a la colaboración de los paisanos que luchen, como nosotros, por la salvaguarda de nuestro pueblo y por la protección de sus intereses.
Como todo medio de comunicación, sin embargo, debemos respetar ciertos criterios de orden redaccional.
En primer lugar, para ser publicado, todo artículo debe tener, idealmente, no más de 500 palabras, o sea, más o menos 3.000 caracteres. Este criterio es importante pues ya tenemos suficientemente comprobado que un texto demasiado largo (una sábana, como se dice en lenguaje periodístico) no la lee nadie.
Luego, y esto cae por su propio peso, el artículo debe estar muy correctamente escrito, pues si no, si las ideas son interesantes pero la redacción es deficiente, por ejemplo, ello obliga a nuestra redacción a reescribir la colaboración, lo que plantea problemas.
Hechas estas salvedades, le ratificamos que nuestras páginas están abiertas para que se exprese usted y todo paisano que quiera contribuir al debate y a la lucha para salvar a nuestra tierra de los ignorantes y los corruptos, nuestros grandes enemigos.
Un abrazo shilico también,

Jaime Díaz V., por CPM

José Miguel Briones Silva dijo...

Amigos de CPM:
Permitanme manifestarles que el escrito que he enviado al Alcalde de Celendín es una carta, no un comentario, que puedo hacerlo con los criterios establecidos de ser necesario.
Los comentarios de todo shilico, por supuesto, son respetables, son bienvenidos, sobre todo por mi persona, pero con un ánimo de mayor efectividad, con un espíritu ejecutivo si se quiere, he remitido una carta a las autoridades, para que el Alcalde y los Regidores tomen acciones inmediatas y pertinentes.
Muchas veces los comentarios no son tomados en cuenta. Sin embargo una carta, un expediente, un escrito, un memorial, u otro análogo, dirigido a una autoridad, en este caso al Alcalde, va a tener obligatoriamente una respuesta o contestación, que incluirá las medidas adoptadas.
En caso contrario, de acuerdo a legislación vigente, y ante el silencio Administrativo, se procederá a hacer prevalecer nuestro derecho, como corresponde a cualquier ciudadano, ante las Autoridades competentes.

Constante Vigil dijo...

Para José Miguel Briones Silva

Estimado amigo:
Toda acción que tienda a frenar la destrucción de nuestro pueblo debe ser apoyada en forma rotunda.
Nos alegra que haya entendido las limitaciones que el espacio informativo nos impone.
Estaremos encantados de publicar un resumen, convenientemente redactado, de su importante carta al alcalde de Celendín.
Estamos seguros que nuestros lectores le darán la acogida que merece un texto claro y eficaz.
Con un saludo shilico,

Jaime Díaz V., por CPM

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