domingo, 1 de agosto de 2010

MINERÍA: Extraccón y daño, una visión entendida

Antonio Collantes es ingeniero agrónomo, entendido en lo que se refiere a daños ocasionados por las actividades extractivas como la minería en el medio ambiente, sobre todo en las zonas agrícolas resultantes de las cuencas hidrográficas que se encuentran expuestas a la extinción gracias a la “minería responsable”. Se trata de un paisano que si bien no ha nacido en la tierra, la ama como demuestra su actitud y preocupaciones. Dejemos que él mismo nos cuente algo de su vida, luego leamos su trabajo y saquemos nuestras conclusiones (NdlR).
“Nací en Parcoy (Pataz)en el período de peregrinaje de mis padres como muchas familias migrantes de Sucre en busca de oportunidades de negocios y trabajo
. En 1964 muere mi padre en el fatídico suceso de mayo en el Estadio Nacional, lo que significó para nosotros una etapa de limitaciones materiales que fue compensado por un abrumador afecto maternal y familiar de la parte de mis tías y tios maternos y paternos.
Concluidos mis estudios universitarios inicié un largo recorrido por Huamachuco, Cerro de Pasco y la Selva Central, ligado al PRONAMACHCS y al INADE, en cuyas estrategias institucionales se advertía mucho optimismo en torno a los procesos de cambio tecnológico de la agricultura andina y amazónica. Aún continúo vinculado en torno al fomento de la agricultura en Selva Central y en los Andes del Sur. Mi paso por Huamachuco, luego por Cerro de Pasco y ahora por el sur andino me ha permitido constatar que la agricultura en los andes tiene en la minería, desde la instauración del proyecto colonial hasta la fecha, a su antítesis, pues le disputa el territorio y el agua y es su verdugo ambiental en cuanto a la reproducción de sus sistemas de producción agropecuarios. Los pasivos ambientales dejados por la minería en valles antes ubérrimos son innumerables.
Esta experiencia ha motivado en mí una fuerte sensiblidad frente a los problemas ambientales, lo que me llevó a buscar una especialización en esta disciplina en la Universidad Nacional de San Marcos".


MINERÍA Y PÁRAMOS (Jalcas)
Por Antonio Collantes Zegarra
Los proyectos mineros ‘Minas Conga’ y ‘EL Galeno’ constituyen la mayor afrenta a la vida, en todas sus formas, para los ecosistemas de páramo de Cajamarca y para un importante colectivo de población que se beneficia de los servicios ambientales que brindan las Jalcas ubicadas entre las divisorias de las provincias de Celendín, Hualgayoc y Cajamarca. Afectará a más de 20 microcuencas, entre las que está el río Sendamal, que albergan a las mayores densidades demográficas de estas tres provincias, en las que además, la presencia del Estado es de las más débiles (Informe PNUD-2009).
Históricamente, Los Ecosistemas de Páramo Andino (Jalcas) son la fuente de captación y regulación del recurso hídrico, allí donde no existe el casquete glaciar y han permitido, hasta la fecha, la reproducción de sistemas de producción agropecuarios sustentado en la crianza extensiva y la agricultura altoandina y de una infinidad de formas de vida animal y vegetal, algunas de ellas de carácter endémico. Han evolucionado para capturar y almacenar la neblina y lluvia estacionales para dar vida a muchas lagunas, humedales, bofedales y a la más importante red de ríos y riachuelos que en nuestro país se escurren a la cuenca del Marañón y el Pacífico norte, cuyas nacientes se concentran en las regiones de Cajamarca y Piura. Las lagunas EL Perol, Mala y demás que suman más de 10 lagunas afectadas y, las aguas de escorrentía permanente en el Jequetepeque, Cantange, Sendamal, Llaucano, entre otros, son el resultado de los mágicos atributos de los Páramos.
Estos Ecosistemas, allí donde existen: Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú han sido estudiados con mucho celo y en todos los casos resaltan su condición de unidades muy frágiles. De allí la abundante normatividad y movilidad institucional, en ambos países, para implementar medidas de protección y conservación en abierta oposición a otras prácticas diferentes.
Colombia, a través de la conocida LEY de PARAMOS, exluye la actividad minera en estos ecosistemas. Ecuador reconoce a los Páramos como ecosistemas frágiles. La Decisión 1227 del Parlamento Andino declara de necesidad pública la protección y conservación de los Páramos. La declaración de Santa Cruz (Bolivia) suscrita por las Autoridades Ambientales de los países del Pacto Andino se comprometieron con la conservación de los Páramos. EL Gobierno Regional de Piura a través de la Ordenanza 147-2008/GRP-CR promueve el sistema regional de Areas Naturales y protegidas incluyendo a la totalidad de sus Páramos (Jalcas). EL Gobieno Regional de Cajamarca, en coherencia con la metodología promovida por el Ministerio del Ambiente, desarrolló una propuesta de Zonificación Ecológica y Económica (ZEE) asignándole atributos de protección y conservación a los Páramos de la Región.
El creciente interés de la institucionalidad pública y no pública (ONGs) nacional e internacional para sumar esfuerzos y desarrollar sinergias en torno del manejo de los Páramos en nuestro país es creciente, tal como lo expresan los convenios interinstitucionales suscritos entre los Gobiernos Regionales de Piura y Cajamarca con el PRONAMACHCS, algunas municipalidades provinciales y ONGs locales e internacionales.
Este es el contexto normativo e institucional actual en torno a los Páramos en Latinoamérica y en nuestro país, a través de los cuales se ha definido la tendencia conservacionista como proceso estratégico y única garantía de reproducción de los servicios ambientales de las que dependen más de 80’000,000 de habitantes con el servicio agua e invalorables recursos relacionados con la biodiversidad. Su incompatividad con la minería es absoluta.
Actualmente están en explotación mas de 9,000 hás de los Páramos de Cajamarca y Piura, destacando el proyecto minero Yanacocha por su mayor extensión. Se encuentran más de 13,000 hás en trámite para exploración, concesionados sorpresiva e inconsultamente como se lo hizo con los contratos del gas de Camisea, los convenios con el Brasil para aprovechar el potencial hidroenergético de nuestra Ceja de Selva (incluido el Marañón)y una serie de concesiones petroleras en nuestra amazonía.
La minería responsable, no ha funcionado ni ambiental ni socialmente. Nuestro espejo más próximo se encuentra en Yanacocha que ha succionado el acuífero de las jalcas de Porcón y Combayo dejando inutilizado infraestructuras de riego de centenares de agricultores y contaminado para siempre las fuentes de consumo humano y de las crianzas, al mismo tiempo que promovió la expulsión de familias enteras de campesinos comprando sus tierras a precios ínfimos, reduciendoles a deprimentes condiciones de vida como marginales urbanos en la ciudad de Cajamarca; dividió las Comunidades y deja pasivos ambientales que desde hace 10 años no se pueden remediar como el escurrimiento de las aguas ácidas de los relaves y botaderos ‘cerrados’ de Maqui Maqui y la intoxicación con mercurio en Choropampa.
La voracidad de Yanacocha se cierne ahora sobre Celendín (80% del proyecto) acompañada de su lógica para falsear, paralelizar, someter e intimidar. Me cuentan que ha logrado desplazar con facilidad a campesinos de Sorochuco y contó con la complicidad de autoridades de Sucre para acondicionarlos en el sector Agua colorada en el marco de su plan de reubicación (desarraigo) social.

Antonio Collantes Zegarra
DNI 25817769

¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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